Para disfrutar del siguiente post, les recomendamos conectar sus audífonos y escuchar la siguiente canción.
Si alguno de ustedes leyó el post (que ya eliminamos, en nuestro intento de ser buenas personas) sobe la perra oficinista, en el siguiente post les contaremos sus alcances y otras cositas.
Lo
primero que podemos decir sobre la perra oficinista es que ella sabe que lo es
y va hacer hasta lo impensable para que no la desenmascaren, si alguien se atreve
a hacerlo debe tener la armadura preparada, porque esta será una dura batalla.
Podemos hablar también de sus amiguitos, esos son todos de la misma calaña,
cada uno más arpía que el anterior; uno de esos fingía que se autoflajelaba y
hasta algunos ataques cardiacos también. Porque
la perra oficinista siempre estará rodeada de los bufones del reino.
Además
de ser una perra oficinista también es una “morronga aguardientera zorra
maicera”, porque en el grupo que entré quiere comerse a todo el mundo y luego,
ponerse el hábito y ser la virgen del pueblo. Esta clase de personas (si se les
puede llamar de otra forma que no sea perra) solo busca el beneficio personal,
sus amigos pueda que no sean sus amigos y está con ellos por conveniencia, sea
porque le ayudan con las notas y trabajo en la universidad, o porque tienen
carro y la llevan para todo lado, o porque le consiguen trabajo, o
sencillamente porque no quiere estar sola.
A
mi, como ya saben, me tocó una de estas asquerosas, me denunció ante las altas
cortes (en mi trabajo), solo porque confié en ella y su bufón. No le gustó leer
su verdad en el diario del pueblo y decidió mandarme a cortar la cabeza. Y aunque
no logró decapitarme, si logró un par de heridas en la batalla.
Lo peor (o mejor de todo), es que esta perra se
cree tan inteligente, que asume que ya ganó la guerra, pero realmente no hizo
nada. Su intento de aniquilarme fue en vano y mientras seguiré mi camino, con
la frente en alto y el orgullo intacto, ella seguirá siendo siempre la misma
perra oficinista.
Amigo
origásmico, tenga cuidado, porque cualquiera que diga ser su compañero y/o
amigo, puede terminar siendo la perra oficinista. Quién iba pensar que una
niñita con cara de yo-no-fui, piernas delgadas, tetas grandes, peludas y caídas, sería
capaz de conspirar contra alguien, solo porque leyó algo que no le gusto y se
sintió aludida.
Querida
perra, sepa que una persona con materia gris (le dejo el link para que mire
donde se ubica http://es.wikipedia.org/wiki/Sustancia_gris
) resuelve sus problemas de manera adulta y civilizada. Le aconsejamos pedir el
reintegro de su dinero en la universidad en la que estudia, porque a leguas se
nota que no ha aprendido el arte de la diplomacia… pero bueno, ¿qué se puede
esperar de una PERRA OFICINISTA?
Con
amor ORIGASMI CLUB
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