EL DEMONIO
Alex ocupa la mayor parte de mi
cabeza, mientras estoy en mi oficina, tratando de hilar frases en un contrato,
no puedo dejar de pensar en él, me imagino a él y a Cata teniendo en sexo y
realmente la imagen me hace tener nauseas, es mi hermana, mi hermanita, como el
maldito pudo meterse con ella, y mejor aún ella como pudo salir con él. Él no
es el tipo de hombre que se fija en una mujer como Cata, pero es un perro
miserable y se fija en cualquier cosa que camine y le pueda ofrecer sexo. Sexo
con mi hermana! por Dios, la imagen me enferma. Esa tarde me prometo hablar con
los dos, para saber de qué se trata todo esto.
He citado a Cata en el restaurante
donde ahora trabaja Nana, la comida de esa mujer me encanta, si fuera hombre me
la llevaría a mi casa sin pensarlo. Cata llega y nota mi cara de preocupación
de inmediato.
- ¿ya que te hizo la idiota de Ana Sofía?
- pregunta mientras corre la silla y se sienta
- ella no hizo nada, bueno nada fuera
de lo común, tengo otras cosas en la cabeza que me están volviendo loco
- Querido tu sabes que puedes hablar
conmigo de lo que sea, siempre tendré una opinión, profesional y de hermana
para darte - Cata ya estaba tan acostumbrada a mis constantes quejas y decaídas
que esto no era para ella una gran sorpresa. No sabía cómo empezar a decirle
que era una perra maldita que se estaba comiendo a una de mis parejas
- Cata, es que, como sabes, estoy
saliendo con alguien más - Las manos me temblaban y ya estabas sudando - él es
bisexual, al parecer acabo de enterarme, y está viendo a alguien que conozco.
- ¿No me digas que es con la zorra de
Nana?, ¿por eso estamos acá? vamos a encararla - Cata estaba entre asombrada y
de mal genio
- No, y tampoco es Ali...
Hubo una gran pausa mientras
trataba de recobrar el aliento, estaba dándole mil vueltas a la frase en la
cabeza "tú te estás comiendo a mi pareja Cata", no sabía cómo decirlo.
En ese momento, gracias a Dios, ella rompió la electricidad del momento.
- Si no te molesta he quedado con
alguien más, no debe tardar en llegar, no sabía que esto era algo serio y por
eso lo he invitado - dijo Cata
- Dale, no hay problema. - Esa podría ser
una señal divina para no decir lo que tenía que decir, seguramente si ella era
feliz con el maldito infeliz de Alex, yo no podría quitarle esa felicidad.
Cambiamos el tema y hablamos
como de costumbre del circo que estaba armando Ana Sofía para nuestro
matrimonio, Luego llegó Nana con nuestros platos y como siempre las mejores
atenciones para nosotros, se sentó en nuestra mesa. Justo en ese momento se
asomó una figura conocida en la entrada del restaurante,
- Alex! - Gritamos Cata y yo al mismo
tiempo. La miré con sorpresa y él nos miró a los dos. Ninguno de nosotros
entendía que estaba pasando, solo Nana, ella estaba sentada en su silla
comiendo papas y mirando como si estuviera esperando la pelea de telenovela
mexicana, Cata me tomó la delantera
- Mmmm veo que se conocen, eso me
alegra, me evita el paso del formalismo- Cata trataba de disimular su angustia
- claro, como no conocerlo,
seguramente lo conozco mejor que tu - dije y no puede evitar que me sonora
venenoso
Tomé a Alex del brazo y lo llevé
a la barra del bar, me miraba con ojos perplejos, pero a la vez estaba
relajado, a él pocas cosas le quitaban el sueño, pocas cosas le hacían perder
su tranquilidad y evidentemente esta no era una de ellas.
- ¿Qué carajos estás haciendo acá
Alejandro?
- Ushh "Alejandro" - Repitió
con el mismo tono - Pues Cata me llamó que quería salir y ya
- ¿sabes quién es cata?
- Si, es la nena con la que me estoy
revolcando estos días, una bella persona - Alex estaba inexpresivo
- ¿y no se ocurrió pensar que los dos
tenemos el mismo apellido? ¿Jaramillo?
- tu eres Jaramillo, ¿no?
- Claro que si idiota - Estaba que le
pegaba un puño en la cara - Catalina Jaramillo es mi hermana - La furia estaba
saliendo de cada poro de mi piel, solo esperaba una respuesta suya para justificar
mi puño en su sexy y hermosa cara
- Pues Nico, sinceramente no se me
había ocurrido preguntar el apellido de Catalina, ha sido todo tan sorpresivo,
que no me he detenido a pensar nada más allá del sexo - Dijo Alex con
perplejidad en su mirada en ese justo y maldito momento, me dispuse a
estamparlo contra la pared, sin embargo Nana que estaba viendo todo, salió
gritando
- Nicolás y tú, pedazos de idiotas, si
van a hacer un escándalo, por favor se van de mi restaurante y hacen su
pataleta de niña mariquita fuera de acá - Nana estaba tranquila, pero
obviamente no se podía permitir crear mala imagen a uno de los mejores lugares
de la ciudad. Salió Cata y todos nos quedamos mirando.
- No entiendo que carajos pasa
acá, así que alguno de los dos puede por favor explicarme de inmediato.
- Claro que si gatita - Alex estaba en
modo fiera rabiosa - Lo que pasa, es que mi sexo es tan bueno que se pasa entre
la misma familia. Si quieres Nico, deberías presentarme al resto de ella, de
seguro también quedaran encantados conmigo. Catalina empujo a Alejandro y este
fue a dar al otro lado de la acera.
- Nicolás, por favor explícame que
está pasando - Cata trataba de tranquilizarse, pero parece que sus esfuerzos
eran en vano
- Cata - Saque mi tono de negociador y
dije - Hace rato te estaba contando que estaba saliendo con alguien, pues
resulta que ese alguien es Alejandro, me di cuenta que estaba saliendo contigo
ayer, cuando los vi en ese antro de la candelaria, iba porque tenía ganas de
verlo, pero me encuentro con la imagen de ustedes dos. Él te miraba de una
forma tan... tan expresiva, como llena de amor.
- Pues claro que si idiota, claro que
me miraba con amor, porque él solo quería sexo conmigo, ayer, en el bar, aún
estaba sacando todas sus cartas, para que yo cayera como una pendeja en sus
manos. Efectivamente lo hice, pero no porque este enamorada, simplemente estaba
ligeramente veraneada y necesitaba sacar esto con alguien. - Cata estaba
regresando a su tono natural - sin embargo cariño, te puedo decir que Alex no
me interesa en lo más mínimo, si quieres puedes seguir con él, pero no te lo
recomiendo, es una persona inestable, dependiente, sin futuro.
- Ey ey ey, tirémonos pasito ¿sí? -
Alex trataba de defenderse, pero en esta situación sabíamos perfectamente que
los Jaramillo teníamos el juicio para nosotros.
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