miércoles, 26 de marzo de 2014

Capítulo 8


LA DESPEDIDA DE SOLTERO

Yo sentía el mundo en mis manos! Eran miles de sensaciones al tiempo, frío, luego calor, nuevamente algo parecido al frío y más adelante algo parecido al calor. Realmente no sabía ni lo que sentía. Llegue a sentir como el pequeño viento que entraba por la rendija de la ventana, golpeaba mi antebrazo y hacia que mis vellos se erizaran. Aprecié como cada uno se iba parando poco a poco hasta tener la piel de gallina completamente.

Después de manera momentánea empecé a ver como un calor iba emanando de mi interior, poco a poco. Me concentre en ese calor y descubrí que era de color amarillo. “una energía amarilla proviene de mi interior!” me dije impactado y perplejo, tanto que corrí a verme en el espejo y efectivamente (como si fuera la persona más loca del mundo), vi en el espejo como salía la energía amarilla desde todo el centro de mi cuerpo que al mismo tiempo inundaba la habitación. Empecé a ver como el color de esta energía cambiaba, primero fue rosa, luego roja, después naranja, nuevamente amarilla, después de era verde, como un verde hierva. Cambio a turquesa, se oscureció en azul y finalmente fue de color violeta. Todo cambiaba de color intermitentemente, primero rápido y luego despacio, el ritmo de mi respiración se sincronizo con el cambio de color. Sentía mis palpitaciones en el oído. Lentamente mi cara se fue desfigurando, era un meollo de colores… hasta ser como la cara de un fénix, un fénix de colores, con los colores de la bandera Gay. – ¿Qué putas hace un fénix en mi espejo?- Me llegue a desesperar un poco, miraba por todos lados a ver si era alguien molestándome, pero no encontré a nadie, no vi nada, solo colores emanando de mí y de mi cara de fénix, fue tanto mi impacto que llegue al punto de romper el espejo. -No sabían cuáles eran los efectos de la pepa- Pero estaba eufórico. Mucho! Tanto que no pude olvidar como fue desfigurándose mi cara para llegar a ser un fénix. – Era tan real, era tan yo, era lo que quería ser.

La libertad se empieza a disfrutar desde el momento en que sabes quién eres, y realmente lo ves. Lo entendí en ese momento –Increíble que una pastilla te haga ver esas cosas, seria de mis favoritas de ahora en adelante- Me volví a mirar al espejo, esta vez para arreglarme! Me sentía a reventar, no sabía si bailar o saltar. Creo que era una mezcla entre las dos, movía los pies, los brazos, mi barriga, mi pelvis de un lado al otro, fui por toda la casa mirando que podía ponerme. Puse música a todo volumen. Música de una emisora que siempre odie, pero en ese momento era lo máximo! Todo el sonido entró por mis oídos y recorrió cada esquina de mi cuerpo para hacerme mover a su voluntad. En el espejo era yo! Pero en mis ojos estaba el fénix. Me dije: “Si me tomé ese éxtasis fue para irme de farra” y así lo hice. 

Llamé (a el man que aparece muerto) y le dije que me acompañara a bailar, la noche era para los dos! Ya no tendría más ataduras. Esa noche íbamos a ser como éramos realmente. Me puse un traje de color negro. Vestía de negro, lo sabía por alguna razón, pero en el espejo realmente me mostraba a una mariposa lista para la acción, ellas solo viven un día y les toca aprovechar al máximo, y eso era lo que iba a hacer esa noche. Hable conmigo mismo, me mire y recordé que tenía defectos, pero en mi monólogo, me impulsé nuevamente para salir y me tome otro éxtasis con smirnoff ice lo cual me hizo sentirme más eufórico. Todo era extrañamente hermoso y yo era extrañamente feliz. Me iba a encontrar con el amor de mi vida y estaba dispuesto a escapar con él.

Era sábado, mi último día libre, el gran circo sería mañana, pero esta noche era solo de Alex, nos encontramos en el bar de siempre y tuvimos el mismo sexo maravilloso, nos fuimos para su apartamento porque yo quería mas, el también se había metido una pepa antes, así que el sexo de esa noche fue el mejor (y el último) de toda mi vida. 

Subimos desesperados, el placer nos llamaba, no puede aguantar y con la misma correa que desató por primera vez me pidió que le atara la correa a su cuello, quería llevar esto a otro nivel, estaba en cuatro ante mí, lo penetré e instintivamente tomé la parte que sobraba de la correa, tiraba con mucha fuerza, el gritaba y me pedía que parara, pero yo estaba en otro lado, no podía escucharlo, o tal vez no quería escucharlo, solo podía pensar en mi pene explotando adentro de su ano, así que continúe, sin oír gran cosa, por fin llegue a mi clímax.

Llegó el momento de mi gran pajazo mental, me di cuenta que en realidad quería a Ana Sofía, pero no tanto como ella quería, recordé la frase que sentenció Cata cuando me dijo que ella terminaría casándose conmigo, ¿cómo pude hacerle tanto daño?, después de todo no es una persona mala, y lo peor de todo, ¿cómo pude hacerme tanto daño?, he vuelto la vida de todos una mierda, gracias a mis maricadas y el miedo de mostrarme como soy, solo por lo que la gente pueda llegar a decir, ha hecho que yo haga las cosas más terribles del mundo. Me día cuenta que Alex valía mucho más que yo, por lo menos él si sabía y tenía claro quién era, no tenía que andar escondiendo su sexualidad ante todo el mundo, seguramente era eso lo que tanto me encantaba de él.

Sentí una luz que golpeaba mis ojos, era la luz del sol, abrí los ojos, poco a poco fui saliendo de mi trance y me di cuenta que Alex todavía llevaba puesta la correa en el cuello, me alcance a excitar de nuevo, pero agudicé un poco más la vista y me di cuenta que no se movía, parecía no respirar, aún no tenía muy claro que era lo que pasaba. Creo que me acerque y de alguna forma empecé a gritar, Alex! ALEX, él no respondía.

 Su cuerpo yacía al otro lado de la habitación y solo podía escuchar las sirenas de la policía….

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