miércoles, 5 de marzo de 2014

Capítulo 5


LA BODA DE SUS SUEÑOS

Mi secretaria me pasó los mensajes en cuanto llegue a la oficina, luego de una aburrida reunión, me sorprendió encontrar que Allí había llamado, eso no era normal y menos en mi oficina, cuando me fije en mi celular, tenía un par de llamadas perdidas de ella, le devolví la llamada y no contestó, pero era fácil averiguar que necesitaba.

A las 7:30 estaba en el restaurante, Allí, estaba en una mesa escribiendo, me acerqué muy despacio, pero ella me sintió de inmediato, contrario a lo que pasaba usualmente, esta vez me fulminó con la mirada, secamente me dijo –Siéntate -me sentí como cuando empecé a trabajar con mi papá y me regañaba por todo.

-Quisiera saber qué es lo que pasa por tu cabeza de marica, ¿aun sigues pensando en casarte?- realmente estaba furiosa, no supe que decir, y solo asentí con mi cabeza, Nana llegó esta vez pero no para salvar la noche.

Subí la voz, realmente estaba gritando, -Ustedes dos par de perras, hicieron crecer al gigante al comprar el maldito anillo, - cálmate amigo, y baja la voz me dijo Nana, algo preocupada, y me contaron todo el rollo. Resulta que Ana Sofía estaba como loca en un centro comercial buscando el anillo perfecto, les decía a ellas que veía como pasaba la gente y la miraban con cara de loca, que la vieja estaba en un éxtasis que solo ella sentía, que escuchaba voces por todos lados y veía las vitrinas con una mirada insana. Entró a la joyería más cara que encontró para comprar el anillo perfecto, efectivamente lo encontró, era el más caro de todos, estaba decidida en comprarlo, pero Alli y Nana no la dejaron, ellas tenían claro que esto era una idiotez y le dijeron que le comprarían el anillo que ella se merecía, la sacaron de ese ostentoso lugar y la llevaron la tienda del lado, le compraron un anillo de lata, parecía sacado de la calle y hecho por un hippie roñoso.

Estaba también buscando el vestido, se compró un Vera Wang, fue traído por encargo y hecho a medida, seguramente le costó una gran cantidad de dinero, pero no me importaba, ella era quien estaba pagando sus locuras, así que de cierta forma no me importaba que yo tuviera que pagar el resto de la boda, me dijo que tenía que comprarme un traje, pero le dije que ya tenía uno, lo que ella no sabía era que yo pretendía usar el traje Dolce que siempre uso para las reuniones importantes.

La recepción ya estaba programada, iba a ser en el hotel Sheraton el domingo 3 de septiembre, aún me quedaban una eterna semana de vida, el cáncer llamado Ana me estaba consumiendo a cada segundo que pasaba, al parecer ya había hecho metástasis. Fue en ese justo momento cuando desperté y me di cuenta que todo ese cáncer lo había provocado yo, cuando se me ocurrió la linda idea de seguir la imagen que todo el mundo tenía de mí.

 

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