miércoles, 12 de febrero de 2014

Capítulo 2


MI ODIOSO JEFE

Estaba en una aburrida reunión con mi jefe, y él como siempre hablaba de mujeres, decía que entre más grandes sus tetas mejor, yo solo asentía con la cabeza y fingía estar de acuerdo con el tema, cuando de pronto a este hombre se le ocurre decirme 

-   - ¿Y usted como las prefiere? – En ese momento solo me acordé de Cata, mi adorada hermana mayor y dije – Tiene que ser inteligente, buena habladora, amable y muy enérgica.
-      - No sea guevón, no me refería a eso, ¿Qué prefiere los culos o las tetas, o es qué usted es marica?, por acá corre el rumor que Jeny la recepcionista, que se pasa de buena, se le insinuó en la fiesta de integración y usted la dejó mojada – me dijo con veneno en su mirada, me reí, pero era una risa nerviosa, y con toda la tranquilidad que fui capaz de fingir dije
-      - Doctor Arbeláez, usted sabe que hombres como nosotros necesitamos mujeres con más clase, esa vieja se puede levantar al mensajero o al de recursos humanos, pero no un hombre como usted o como yo.
El queridísimo Doctor asiente con la cabeza, me da una palmada en la espalda y dice
-    -   Pueda que la vieja sea corriente y baratona, pero buena sí esta, y por lo menos para una noche caliente está bien
-       - Si, tiene razón, pero la verdad tenía algo mucho mejor esperándome en casa – él no sabía que quien me esperaba en casa era mi vecino Daniel, que ese sí sabe cómo resolver una noche caliente.
-      -  Ahh – dijo – entones usted sí tiene su guardado, tenga presente que los hombres después de los 28 años no se ven muy bien sí son solteros y menos en nuestro mundo.

Esas últimas frases me dejaron pensando y me recordaron a mi padre, quien me dice lo mismo todo el tiempo. Entre nuestras charlas donde tratamos de resolver la economía mundial, siempre tiene que decirme – Nico, ya estás muy grande, tienes que darme nietos y casarte con una mujer tan buena como tu madre – siempre trato de evadir la conversación y le digo lo mismo – aun no encuentro una mujer como mamá o como Cata. 

Termino la tediosa conversación con mi jefe y regreso a la oficina. Como me gustaría tener a Cata en este momento para que aclare mis ideas, y me diga algo como, “Nico no te mates la cabeza, sabes que tienes tus rollos y tienes dos opciones, o te muestras al mundo como eres o no dejas caer la máscara”… ahh Cata, ella definitivamente es el amor de mi vida. 

Esa misma tarde decido llamarla, no aguanto más; le suelto todo el rollo y muy fresca me dice:
-    - Nico, te tengo el plan y la solución al estrés, vámonos para Villa de Leyva, tengo una amiga que está viviendo allá y es tremenda chef, de paso nos  comemos unos hongos y te olvidas del problema, fácil! – amo la capacidad de esta mujer para ver la vida tan fácil
-    -  Listo cariño, entonces recógeme en el apartamento a las 8, te estaré esperando nena.


Estamos en el bonito restaurante del hotel, vamos a ordenar la comida y Cata con su sonrisa amable, le pide al mesero que antes de ordenar quiere hablar con el chef. De repente sale una mujer con polvo blanco en la cara, las mangas recogidas hasta el codo, con cara de malgenio, inspira miedo, pero solo me puedo fijar en sus zapatos de tacón, eran unos Valentino en cuero rojo, divinos!, obviamente son muy caros. En cuanto se acerca a nosotros cambia su expresión y dice

-     - Cata! Amiga de mi alma, ¿Qué estás haciendo por aquí?, déjame adivinar viniste a comer hongos, el problema es que solo tengo champiñones – los tres nos reímos, y de inmediato esta mujer me cae bien
-     - Nana te presentó a mi hermano… no le puedes echar el ojo – sentenció
-     -  Nicolás, para servirte – digo con el tono de formalidad habitual
-    - Y entonces como piensas servirme sino te puedo echar el ojo – me mira de arriba abajo, se detiene en mi entre pierna y me ofrece una mirada perversa, no puedo evitar sentirme nervioso y me siento enseguida – ¿Cata, es marica? – Dice señalándome
-    -  Si, lo es y no puedes coquetearle – Salió Catalina la imprudente
-  - Perfecto, entonces esta será una noche de chicas – dijo girando sus hermosos tacones y llamando a otras dos mujeres que estaban cerca de nosotros.

Nos presentamos, una de ellas era Ana Sofía, creo, no recuerdo muy bien su nombre y la otra era Allison, de ella si me acuerdo perfectamente, me hizo la misma mirada lasciva que su amiga. La velada terminó en el restaurante y seguimos al bar. 

Luego de unos muchos tragos, Cata y sus amigas se fueron a bailar, seguramente estaban buscando levante, solo quedaba Ana Sofía sentada a mi lado era como una garrapata que no me podía quitar de encima, estaba desesperado, tanto que me di cuenta como la miraba un tipo desde la barra, y le dije; Ana ese tipo te está mirando mucho, deberías salir a bailar con él. ¿No te gusta?, y ella me responde con tono insinuante, - realmente prefiero estar sentada contigo, eres más interesante que él. - Definitivamente no me la voy a poder zafar en toda la noche. Decido concentrarme en la botella de tequila que tengo en frente, ella habla y habla y sigue hablando.

Luego de un muy buen rato, ya me siento lo suficientemente ebrio y decido irme a dormir, intento pararme de la silla y doy un traspiés, ella me sujeta con ternura y yo inmediatamente le digo – usted a mí no me coquetee, ¿no se da cuenta que soy marica? – no entiendo como fui capaz de decir eso, pero lo solté y me sentí tranquilo, pensé que eso era suficiente para poderme ir a dormir a mi habitación, pero entonces la intensa me dice – mejor aún Nico, como estas tan mal, te llevó a tu habitación y yo me voy a dormir. - Esto de cierta manera me dejó tranquilo, pero no me imaginaba lo que me corría pierna arriba.
Nos despedimos de ellas y fuimos al hotel, estábamos en frente de la puerta de la habitación y de repente esta mujer empezó a gustarme, vino a mi mente la mirada de aquel tipo de la barra y eso me excitó tanto que tuve que solucionarlo de inmediato.

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