Después
de un par de frases con doble sentido, una invitación a tomar vino y ver películas
en su casa, esto hizo que me quedara colgada de no sé donde preguntándome, ¿se
acabaron acaso los caballeros? ¿Que paso con el
romanticismo y la conquista?
Estoy
por creer que los años me están volviendo mojigata pero me resisto, al hombre
lo conocí cuando era un adolescente, éramos adolescentes, nos caíamos bien, nos
gustábamos y hasta ahí, y mil años después aparece con un par de conversaciones
por whatsapp y ¿cree que es suficiente para que yo me meta en su
cama? , ¿O acaso mal interprete la invitación?
Estamos
en una época en la que lo físico prima sobre lo emocional, he oído a muchas
personas estar en una relación solo porque su pareja es bueno en la cama, pero
cuando no hay sexo tienen cientos de problemas, es que acaso los buenos amantes
escasean que debemos tolerar conductas y situaciones poco agradables por un
buen polvo, vivimos en un mundo donde primero nos conocemos sexualmente y sobre
ponemos el sexo a todo lo demás, si bien ser sexualmente compatible es
sumamente importante también es muy importante tolerarse y llevarse bien, y
aunque el sexo de reconciliación es una verdadera delicia no es necesario vivir
peleando.
Me
gusta pensar que en la calle está un tipo con muchas ganas de tener sexo
conmigo pero tiene las mismas ganas para invitarme a comer o caminar, para
charlar sobre un nuevo libro o sobre lo que sea, quiero pensar que por ahí esta
un hombre que quiere compartir conmigo de verdad. Tal vez algunos tomen esto
como una queja ridícula, pero créanme, aunque el sexo casual ayuda a liberar estrés,
te evita los formalismos y los compromisos, también te quita la oportunidad de
disfrutar de lo que quizá pueda ser una grata compañía.
Es
por eso que yo decidí que ya no quiero más noches locas en las que al siguiente
día lo único que quiero es huir del lado del tipo con el que amanecí, quiero
tener sexo con un hombre que me va llamar al siguiente día y que no siempre que
me busque lo haga para tener sexo, quiero una relación con sus altos y sus
bajos, con todo el sexo que sea posible y también con todas las aventuras y
planes que se puedan hacer en pareja.
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