miércoles, 8 de octubre de 2014

Desasosiego Social - LPDLN

Últimamente no he estado muy bien, mi ánimo ha caído un poco más, cada vez un poco más al fondo. Ya no me siento como yo misma, es difícil de explicar pero se siente como si la oscuridad se apropiara de mi corazón, de mi cuerpo, de mi cerebro completo… al parecer no tengo una razón aparente para este sentimiento, sencillamente son una gran cantidad de cosas que han ocurrido a lo largo de mi vida, una gran cantidad de dolores que he tenido que soportar.

Si, soy débil, por más que intente levantar la cabeza y sonreír como siempre, no puedo hacerlo sinceramente, no me sale desde hace mucho tiempo. Anoche mientras iba en el bus para mi casa me di cuenta que este dolor viene desde la adolescencia, desde ese proceso de crecimiento y adaptación a este mundo insensible y lleno de porquería, porque realmente nunca nos dijeron que crecer dolía tanto, nunca nos dijeron de una forma que pudiéramos entender que llevaremos en nuestras espaldas el peso de nuestras decisiones, nunca nos dijeron que con el tiempo cada uno se hace más individualista y menos entregado.

Las causas de mi depresión son varias pero últimamente lo que más me deprime es ver como este mundo va de mal en peor, de culo pal estanco o de tope al fondo. Y no solo lo digo yo, por mi actitud y mentalidad fatalistas, lo dice todo el mundo… ahora estoy leyendo un libro que les recomiendo, se llama La Casa Rosada de Orlando Mejía Rivera, allí Carmen paciente del Doctor Fandiño dice lo siguiente:

“… descubrir que vivíamos en una sociedad moribunda y gastada en sus sueños colectivos, agotada en sus lenguajes y éramos ciudadanos de un inverso fantasmal en donde tratar de creer en lago representaba un prodigioso esfuerzo de imaginación… Fandiño desde os 15 o los 16 años  me ha costado mucho trabajo no sentir la sensación de que cada vez que hablo o pienso o escribo estoy repitiendo un lenguaje carcomido por los prejuicios históricos y el tiempo derruido: ¿cómo volver a nombrar las palabras “amor” o “vida” o “libertad” cuando el peso de la historia nos quiera lo que tratamos de expresar? Cómo decir “racionalidad” sin vislumbrar a Treblinka o el rio de muertos de nuestro país desde las guerras de los mil días, cómo mencionar “democracia” sin sonrojarnos, cómo expresar la palabra “justicia” sin que sintamos 5.000 años de injusticias gimiendo en el fondo de la historia, (…) ¿cómo es que nacimos en una civilización moribunda cuya agonía se prolonga por más de 100 años?”

Esto lo dice una enferma mental que está encerrada en la Casa Rosada, en el psiquiátrico, he tenido conversaciones con personas que me dicen que está de moda ir al psicólogo, he escuchado de un montón de gente que necesita ayuda con todos sus pesos que llevan encima, entonces la solución supongo que no está en ir al psicólogo, ya lo he hecho y si ayuda bastante, pero si nuestro pensamiento fatalista no cambia nunca podremos hacer bien la tarea que nos pone el psicólogo… pero ¿cómo dejamos esa negatividad atrás si este mundo nos satura de mierda diaria?, si está bien verle el lado positivo a las cosas, pero ¿no han notado cómo por una acción buena hay diez mil más que son malas?.


Sé que ya he publicado varios post que en esencia dicen lo mismo, pero esta mierda de mundo y de sociedad no me deja escapar tan fácilmente, por más que lo intente con la marihuana, con los libros, con las películas y con mis amigas, este desasosiego social no me abandona y con el paso del tiempo se hace más y más fuerte…. 

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