martes, 23 de septiembre de 2014

Dolor de espalda – Por Suciologa


Realmente se que nos leen muchos jóvenes y cuando hablo de jóvenes, me refiero a personas menores que yo, como ya lo sabrán estoy llegando a los maravillosos 30 (con todo y sus consecuencias), invitaciones a baby shower, charlas con las amigas casadas o “arrejuntadas”, mi amada madre diciendo cosas como “si consigues novio te casas, soy capaz de hacer que tu matrimonio lo oficie el mismo papa” .

Muchas de ustedes no han vivido esto y les faltara mucho para llegar hasta este punto, pero créanme y no es por asustarlas, pero llegaran, y sobrevivirán aunque tendrán días en los que como yo piensen que la gente tiene razón y que realmente algo falla y la culpa es mía, porque si mis amigas se casan, se embarazan y dicen ser felices, porque yo no soy normal y pienso en lo mismo, los chick flick, los amigos, la familia, en el trabajo todo te dice que estas mal, lo triste es que no es así pero uno cree que tiene una falla cerebral.

Como sabiamente dice AC, cada persona vive a su ritmo y si las mujeres entre los 25 y los 30 creen que está bien enamorarse, casarse gastando un  montón de dinero y embarazarse, también estamos bien las pocas mujeres que como yo creemos que la felicidad esta en dormir hasta tarde, salir a con las amigas, pensar en una maestría, en irse a viajar por mil años, no es que no me interese tener una pareja, no me mal interpreten, es solo que yo no concibo que mi felicidad tenga nombre y apellido, y que la única forma en la que voy a realizarme como mujer sea pariendo.

No tengo nada en contra cada quien vive como guste lo que si me encabrona y de la peor manera, es que me señalen por pensar diferente, por sentir diferente, y que me digan, es que no ha llegado el hombre que es a tu vida, eso que quiere decir, y si el “hombre que es” nunca llega, entonces mi vida será un fracaso.

Decidí vivir con un hombre cuando tenía 19 años, y aprendí mi lección y aunque han pasado más de 8 años, las cicatrices todavía duelen un poco, y si, me muero de miedo, de enamorarme y creer que traer niños al mundo me hará feliz, y que pasa si un día simplemente despierte odiando mi vida, sintiéndome frustrada por que deje mis sueños por otros, y esto lo digo porque también lo he visto, no quiero ser una mujer que cuando tenga 50 años sea una divorciada resentida, o una casada amargada.

Sé que cada día llega con su afán, pero créanme el peso de los años y el tal reloj biológico pesan, y pesan más cuando debes cargar los prejuicios del mundo a cuestas, porque no le veo nada de malo a enamorarme y de pronto comprar un perro con ese alguien y ser vecinos para dormir juntos de vez en cuando.

En fin los años seguirán y el universo se encargara de mostrarme el camino.

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